saga of a desperate southern gentleman

lunes, noviembre 10, 2008

Peplum


Blutch es arrebatador, desasosegante, incómodo. La mancha puesta al servicio del dolor. Este Péplum, al fin editado en España por Ponent Mon, es una de las obras más acertadas del francés. Publicado en Francia por entregas en 1996, este cómic supuso la ruptura de Blutch con el género humorístico en el que se había formado bajo la protección de Fluide Glacial. Péplum es un término acuñado por la crítica cinematográfica francesa en los sesenta para referirse a esas producciones de aventuras ambientadas en la época greco-romana. No nos encontramos, empero, ante un tebeo de género. Blutch ambienta la historia en período histórico y empieza el relato ahí donde el Satiricón de Petronio dejó claroscuros, cabos sueltos, que se perdieron en los recovecos de la historia. También recoge el guante de Federico Fellini, quien se encargó de su adaptación al cine, para reinterpretar a su manera la que es considerada la primera novela de la cultura occidental.

Estructurado en once capítulos, el relato nos contará las desventuras de un esclavo que adopta la identidad del ciudadano Publio Cimbro, condenado al exilio por el César, quien vivirá con dolor la pasión de un amor imposible, una mujer atrapada en un bloque de hielo. Adapta la muerte de Julio César, narrada por Shakespeare espléndidamente, para situar en el tiempo su narración, y, a partir de ahí, Blutch nos atrapará con su trazo desgarrado y elegante en las correrías y pasiones desgraciadas del protagonista con el efebo Gitón, mujeres mutiladas, viejas o jóvenes, por su inalcanzable helado objeto del deseo. Esta representación perfecta de la belleza, tan inalcanzable como tristemente presente, llevará a Publio a la locura total. Es así, un relato del descenso a la demencia donde nuestro héroe es sustituido por una figura esperpéntica.

Gráficamente, Blutch apuesta por una composición bellamente clásica y un ritmo, punto fuerte del autor, extremadamente medido, que sumerge al lector en el desasosiego del protagonista. El dibujo, magnífico, atrapa con ese trazo grueso y elegante. Sin duda, Frederik Peeters bebió del estilo del francés en esta obra. Dinamismo y lírica, mancha y elegancia. Un tebeo genial, una de las novedades del año. Y esperemos que poco a poco podamos ir disfrutando de otros títulos de Blutch. De momento, releo y releo este Péplum, Blotch (La Cúpula) y La Voluptuosidad (Ponent Mon), los únicos trabajos publicados en nuestro país. Esperemos que se resuelva este flagrante vacío editorial.