saga of a desperate southern gentleman

martes, octubre 14, 2008

Un hombre en la oscuridad

August Brill es un retirado articulista que se recupera de un accidente de tráfico en casa de su hija en Vermont. August no puede dormir y, cuando llega la noche, inventa historias. En una de ellas, Owen Brick, un joven mago, aparece en un Estados Unidos sumido en una guerra civil. En esta realidad, los atentados del 11 de septiembre y la guerra de Irak no han ocurrido. Sin embargo, los estados que conforman su país están sumidos en una confrontación fraticida que dura ya varios años. Él ha sido elegido para acabar con la vida del causante de esta guerra: August Brill, un hombre que padece insomnio y que se dedica a inventar mundos cuando su vida se sumerge en la oscuridad.

Éste es el punto de partida de la última novela de Paul Auster, Un hombre en la oscuridad, novela que vuelve a jugar con la meta ficción, el azar y el desahucio sentimental de los personajes para tratar de la política americana actual y, de nuevo y sobre todo, de los amores, secretos y traiciones que esculpen la cualidad de la belleza humana.

“En uno u otro momento, toda familia vive acontecimientos extraordinarios: crímenes horrendos, inundaciones y terremotos, accidentes extraños, milagrosos golpes de suerte, y no hay una familia en el mundo sin secretos ni esqueletos, baúles llenos de hechos ocultos que dejarían boquiabierto a cualquiera en caso de que se levantara la tapa”. Así reflexiona Brill, el protagonista de esta novela, durante su búsqueda de la redención que busca para alejar las culpas que sobrelleva en su ya cansada espalda. Es este íntimo relato, el que deslumbra en esta ficción de lectura ágil y perfectamente engrasada para conducir al lector a lo largo de sus páginas, dispuesto a quedar atrapado en sus vueltas y espejismos. Quiebros que pueden hacerse de difícil digestión para el lector y levantar suspicacias al temer que ciertos cambios en la historia de Auster respondan más a la desgana del autor que a una voluntad de dotar de mayor contenido a la narración.

No obstante, es en esos micro relatos e historias breves que abundan en la novela donde nos reencontraremos con la pluma elegante de Auster. En esas vibrantes reflexiones acerca de Ladrón de Bicicletas, de Vittorio de Sica, o Cuentos de Tokio, de Ozu; en esa espeluznante observación de la muerte cruel del novio de la nieta del protagonista en Irak; o en los secretos que esconden parientes a los que el azar convierte en actos milagrosos con el discurrir del tiempo.

A diferencia de su fallida faceta como cineasta, el Auster escritor trabaja con la pasión y la minuciosidad del orfebre el material previamente trazado por Kafka y Borges para, apoyándose en las teorías de Giardino Bruno y la distopía propia de la ciencia ficción del siglo XX, rescribir sobre su gran tema: el fino velo del azar y la levedad con que separa lo imaginario de lo real. Puede que no sea una de sus mejores novelas, pero, sin duda, Un hombre en la oscuridad, tiene destellos del mejor Auster.