saga of a desperate southern gentleman

viernes, noviembre 06, 2009

Mis discos del té (IV)


“Vosotros sois la música, nosotros somos sólo la banda” repetían, a principios de los setenta Träd, gräs och stenar, para animar a su público a sumarse al innovador sonido progresivo sueco. Su eslogan era simple y directo, cercano al punk: “Spela Själv” –tócalo tú mismo-. Para auto organizarse dieron forma en 1970 al Gardesfesterna, un festival al aire libre que fue la presentación en sociedad de la música progresiva sueca. Como sus miembros admiten, en su estilo fue determinante la visita de Terry Riley a Estocolmo en 1967, la raga india, la música folklórica sueca, el jazz experimental y los sonidos psicodélicos de bandas como Holy Modal Rounders.
Se curtieron en actuaciones en el Moderna Museet (Museo de Arte Moderno) y, con el compás del peculiar experimento social del movimiento radical sueco durante ese período, Träd, gräs och Stenar formaron parte del seminal movimiento underground del país escandinavo. De 1967 a 1969 cambiaron de formación y nombre: primero, Pärson Sound; Internacional Harvester y Harvester a secas, poco después. Pasaron del minimalismo más innovador al progresismo de corte más rock en este breve lapso. Siempre fueron pioneros y, en el buen sentido de la palabra, populares. “Música de la gente” era lo que tocaban. En sus conciertos animaban a los espectadores, normalmente no muy numerosos, a sumarse y a tocar con ellos en directo. En 1972, antes del estallido de la burbuja progresista, los suecos decidieron separarse. Sin embargo, volvieron a reunirse a finales de los 70 y varias veces más en los ochenta, para regresar bien engrasados en los noventa, con padrinos como Stephen Malkmus de Pavement.


Es justo ahora, en su vejez, cuando gozan de mayor reconocimiento por sus colegas. Su último disco es este Homeless Cats (Hemlösa katter), alucinante compilación de improvisaciones sonoras que apabullan por la pasmosa sencillez de sus desarrollos. De títulos descriptivos como el que abre el disco, “The railway engine of the people in irresistible motion”, los temas parten de una simple rueda, más o menos distorsionada, para erigirse en montañas de distorsión y ritmos que invitan al galope más trotón de otros ilustres como Neil Young o Sonic Youth. No disponen de los medios de éstos, pero con pocos recursos son capaces de arrastrar al oyente a los mejores tiempos de la progresía y el cuelgue psicodélico más oscuro y alejado del mainstream.