saga of a desperate southern gentleman

martes, octubre 14, 2008

Clásicos Mad

Remontémonos hasta 1950, Estados Unidos. En unas oficinas de Nueva York, William Gaines edita un conjunto de títulos de tebeos de varias temáticas –terror, bélicos, ciencia ficción, suspense, western y crímenes- bajo el sello Entertaining Comics (E.C.). En nómina tiene a un grupo de dibujantes y guionistas jóvenes llamados a revolucionar el mundo del cómic estadounidense. Will Elder, Jack Davies, Wally Word, Berni Krigstein, John Severin, Al Feldstein o Harvey Kurtzman, entre otros. Este grupo rompió todos los límites de lo permitido hasta ese momento. Las historias que estos autores contaban eran retorcidas y salvajes, más cercanas a veces a series como The Twilight Zone o al género gore, (aún por llegar), que a lo que los lectores de tebeos estaban acostumbrados en la época, excepto honrosas y notables excepciones –The Spirit de Will Eisner o Plastic Man de Jack Cole, por ejemplo-.

En plena borrachera de éxito, Gaines intentó contentar a uno de sus últimos fichajes, Harvey Kurtzman, y le encargó una cabecera de humor. A finales de 1952 salía al mercado el primer número de MAD. Kurtzman se encargaba de los guiones y distintos dibujantes de la casa ilustraban las cuatro historias de ocho páginas que componían cada número de periodicidad bimensual. Las historias parodiaban de manera sangrante las historias de los distintos géneros que salían en las otras colecciones de la editorial. El “quid” era un humor insaciable y un ritmo trepidante con miles de detalles hilarantes en cada viñeta. Mofa bufa pura.

Bajo la afilada pluma de Kurtzman cayeron todos los iconos de la cultura popular de la época, a pesar de los problemas legales que podía acarrearles. Eso incluía desde superhéroes (Superman, Wonder Woman, Batman, Tarzan, Terry y los Piratas, Archie) a películas (De aquí a la Eternidad, Sólo ante el Peligro, Psicosis), pasando por clásicos de la literatura como El Cuervo de Edgar A. Poe, La Isla del Tesoro de R.L. Stevenson.

Paralelamente, Kurtzman empezó a dibujar una serie historias de una página tituladas Hey Look! También se encargaría de las portadas. A su vez, se uniría al equipo Basil Wolverton. La aventura duró 23 números, publicados entre 1952 y 1956, que han pasado a la historia del cómic estadounidense como el cenit del tebeo de humor y parodia. La cruzada moral ultraconservadora liderada por el psiquiatra Frederic Wertham llevó al cierre de todos los títulos de la editorial de Gaines. Wertham los acusaba de pervertir la inocencia de los niños y una comisión del Congreso de EEUU se encargó del resto. MAD adoptó a partir del número 24 el formato de revista para adultos, con Alfred E. Neuman, la mascota del niño pelirrojo pecoso como emblema. El título se basará en las parodias que inició Kurtzman, aunque la compenetración entre dibujo y guión no llegaría a las cotas de excelencia de los primeros números.

Es esta clásica etapa de MAD con Kurtzman como editor, la que se ha decidido a publicar este mismo año la división de cómics de PlanetadeAgostini. El lector debe hacer un esfuerzo por contextualizar históricamente estas historias durante la lectura. Es un título apropiado para amantes de la historia de la viñeta. Disfrutará con las plumas extremadamente dinámicas que ilustran estas socarronas parodias. La traducción está bastante esmerada. El formato elegido por la editorial, empero, impide disfrutar con plenitud los infinitos detalles que contienen las viñetas. Un fuerte tirón de orejas. Son dos tomos de muchas páginas a precio ridículo. Antología del humor gráfico.