saga of a desperate southern gentleman

miércoles, noviembre 22, 2006

Mineralismo y botellón de passport


Arrabaleros nos hemos levantado hoy, viejunos recordando ciegazos y canutas gambiteras. Hablemos pues de mineralismo en el sentido horizontalmente histórico del término (de refilón y con mal de ojo). Ya que puse el otro día a parir, y sin más razón que la mía (y que otra puede haber, sin más y el menor tiempo posible), al Scorsese (ganador del último concurso de ostias, tollinas y demás muestras de afecto en todas sus acepciones), invirtámonos y miremos de espaldas (y con nocturnidad) a ese actorete ya fondón, entrado en años y al ralentí, que conocemos como Jack Nicholson. Si este señor es grande es por sus papeles en peliculones de los sesenta y setenta (hay vida más allá de Chinatown??? El honor de los Prizzi???). Y de ellas, The Passenger del scout descarriao, Michelangelo Antonioni (el rey del tostón bien pasao). En este filmillo, el italiano se alió con un Nicholson inspirado, tanto que él solito aguanta una película de final sublime. Si no la han visto, aquí les dejo el enlace para su descarga con la burrica. Cuidao gañanes que está en dos partes: parte la una y la otra parte, la dos.

2 Comments:

At 12:09 p. m., Anonymous Anónimo said...

Quan vas parlar l'altre dia (d'aquella manera) d'Scorsese, automàticament (goita tu coincidència) em va venir al cap Nicholson (que dejó de ser actor para ser so-pa-lla-so a los treintaypocos)

Salut!

 
At 12:10 p. m., Anonymous Anónimo said...

(en fin... como todos...)

 

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