Lo que no dejé atrás

Hete aquí unos disquillos que escuché con insistencia el año pasado. Clem Snide son clase. Sonido clásico perfectamente ejecutado y letras para quitarse el sombrero. De momento, todos sus discos llegan al punto de calidad idóneo. No se atisba bajón en el horizonte. Otro que tal es Mathieu Boogaerts. El francés ya lleva cuatro discos y, uno tras otro, son discazos que te ponen los pelos como escarpias. Y, sin duda, Michel es un buen ejemplo. Si alguien se queda con más que se haga con sus otras tres grabaciones de estudio. En directo, el chavalote también es un portento y cuando era doble cartel con Dominique A, el chico casi deslumbró al padrino de la neue Chanson. Sólo espero que algún día Toni se deje caer por esta página y oiga mis pregarias para que este señor llegue a actuar en el Café del Teatre. Puede ser...
Lo de Tarwater fue una sorpresa un disco sensible y de sonido más actual que los anteriores. Grandes canciones. Y qué decir del disco de Sufjan Stevens que no se haya dicho ya. El disco. Sin duda. Pop en mayusculas, títulos increíbles y letras aún más locas. Portada espectacular y ganas de que el chico saque su próxima grabación sobre a ver que estado esta vez.