Caballeros honorables (2)

Hoy es un placer presentarles al inimitable, al cínico de cínicos, al descreído de descreídos, al pionero del periodismo bien entendido, en definitiva: Ambrose Bierce. Pinchen aquí para leer su biografía. Misógino, veterano de guerra, alcohólico, pero dotado de un don para la pluma certera y de una mala leche muy agradecida. Sin él, no hubieran existido Ernest Hemingway, Raymond Carver, Hunter S Thompson o William Faulkner, entre otros. Sólo Edgar Allan Poe tenía ingenio semejante y mismo gusto exquisito para el relato. Si alguien quiere se ponga en contacto y le mando gustosamente por mail el seminal Diccionario del Diablo.

Acabo pues con una de sus acertadas entradas de este libro:

LOCO: Afectado por algún grado de independencia intelectual; disconforme con las normas convencionales que rigen el pensamiento, el lenguaje y la acción, normas éstas que los cuerdos o conformes produjeron tomándose como medida a sí mismos. Que discrepa con la mayoría; en resumen, extraordinario.